jueves, 29 de octubre de 2009


Camino sobre espinas. La historia se repite.
Las ventanas se abren de par en par.
El viento levanta las penas olvidadas.
Un susurro muerde la esperanza escondida.
Colonias de insectos buscan un hogar seguro,
cuando el sonido de las bombas te congela la sangre.
¿Cuándo llegará la calma?


viernes, 23 de octubre de 2009


Cómo olvidar el establo escondido,
la manta blanca sobre la cama,
el sonido del riachuelo desde la parte trasera de la casa,
el comienzo de la mañana a tu lado,
la dieta diaria de besos continuos.
La memoria tragará aire alguna vez, lo sé.
Y los recuerdos se perderán,
cuando no encuentren rostros conocidos.

martes, 20 de octubre de 2009

En una tierra que agoniza



Una tonelada de desconsuelo se aloja en mis tobillos
corroídos por un tiempo muerto.
La hoja seca cae sobre el ayer dormido.
El rosario brilla en las manos del creyente.
Triste historia concebida entre cenizas de otoño.
Un mar en calma rompe el hechizo.
No es de noche, ni de día. Aquí no existe el tiempo.
Un latido se escucha a lo lejos.
Ojos cercados por el fuego.
Yo, en medio de la nada que responde sin pregunta precisa.
La lluvia fina se concentra en la tinaja.
La rama seca se desprende.
Con las manos atadas, imploro libertad. La luz negada.
No escucho respuesta.
Sigue el silencio surcando esa línea que limita el horizonte.
Yo, ausente y presente, en una tierra que agoniza.

lunes, 19 de octubre de 2009

Ojalá


Ojalá mi dedo no se torciera
y mis palabras sanaran.
Ojalá la tierra alimentara a los hambrientos
y mis manos puedan limpiar el camino.
Ojalá fuera cierto lo que soñamos
y mis brazos calmaran el frío.
Ojalá, apuesto todo a que ojalá,
nuestros ojos no se cierren
sin que antes, mi voz pueda ser escuchada.

domingo, 18 de octubre de 2009

Nos encontramos frente al mar


Nos encontramos frente al mar. En esa casa de ensueño. Se acercó a mí con una amplia sonrisa, limpia y plena. Me espera y me lo hizo saber. Nos confundimos en un mismo cuerpo y mientras eso sucedía me llegaban flashes en el recuerdo, en la memoria, en el recuerdo, en la memoria, porque ya no era el tiempo de nuestro amor. Me vi con un cartel que decía: I don't know. No sé por qué en inglés. Y él, entre suspiros, repetía que no. Pero, dentro de mí, sabía que se negaba a irse otra vez. Porque tenía claro que debía hacerlo. Antes de despertar, dijo entre sollozos: que no se iría nunca de mi lado.